Tengo biopolimeros en mi cuerpo ¿Qué debo hacer?
Si NO tienes secuelas lo ideal es que mantengas la tranquilidad. Entre menos se ¨trate¨ la zona, ¡mejor!.
Mientras tanto te recordamos que debes tener una seria de cuidados de por vida como lo son:
- No exponerse al sol.
- Evitar calor por períodos prolongados de tiempo.
- Use ropa interior de algodón.
- No se realice tratamientos estéticos invasivos (que atraviesen piel) o que generen calor, como la carboxiterapia, lipoesculturas, hidrolipoclasia, mesoterapia, ultrasonido, ultracavitación, láser, inyecciones de corticoides, etc.
- No masajear la zona, cuidarse de caidas, golpes o traumatismo en los glúteos.
- No debe inyectarse medicamentos intramusculares en la zonas rellenadas con biopolímeros. Debe optar por inyectarse medicamentos en brazos y/o muslos.
- No realizar ejercicios de alto impacto (como correr). Optar por ejercicios bajo impacto, como nadar, spinning, caminar, pilates, yoga, etc. Siempre teniendo cuidado con algún golpe o caída.
- Y por supuesto, evitar a toda costa volverse a inyectar sustancias desconocidas.
El Síndrome de ASIA y los biopolimeros inyectables
El sistema inmune es una compleja red de células y componentes celulares, llamados moléculas, que normalmente trabajan para defender al organismo y eliminar infecciones causadas por bacterias, virus y otros microorganismos invasores.
Las enfermedades autoinmunes son de tipo crónico; en ellas entran en juego una cantidad de mecanismos inmunológicos que participan de un proceso de autoagresión contra células, tejidos y órganos protagonizado por los anticuerpos del paciente contra su propio organismo.
Está desmostrado que en el caso de los pacientes con biopolímeros, esta sustancia, activa el sistema inmunológico como respuesta del organismo ante un cuerpo extraño que lo está agrediendo, produciendo una enfermedad autoimmune.
El Síndrome de ASIA comprende una serie de signos y síntomas que se desencadenan como resultado de la exposición del organismo a los biopolímeros.
- Dolores musculares y en las articulaciones.
- Sensación quemante en los miembros y zonas afectadas.
- Fatiga crónica.
- Fiebre.
- Trastornos neurológicos.
- Trastornos digestivos.
- Dificultad respiratoria.
- Cambios de coloración y de textura de la piel.
- Reacciones alérgicas de la piel.
Estos signos y síntomas aparecen o empeoran por determinados desencadenantes como; la luz del sol, calor local, traumatismos, inyecciones en las zonas afectadas, masajes, ultrasonido, radiofrecuencia, ejercicios de alto impacto, entre otros. Otras influencias son el estrés crónico o depresión, las hormonas y el embarazo.
Es importante ser consciente que los factores que pueden ser evitados ayudan a prevenir o minimizar la extensión de la lesión producida por la enfermedad.
Las enfermedades autoinmunes son con frecuencia crónicas, de manera que requieren un control y una asistencia de por vida, aun cuando la persona parezca o pueda estar bien.
En la actualidad, muy pocas enfermedades autoinmunes pueden ser curadas o “desaparecer” con el tratamiento; sin embargo, muchas personas con estas enfermedades pueden vivir su vida con normalidad mientras reciban la apropiada asistencia médica.
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